lunes, 23 de agosto de 2010

ASESINOS SERIALES


Pedro Alonso López, conocido como El Monstruo de los Andes, fue un asesino en serie colombiano que tras su captura en 1980 confesó el asesinato de más de 300 niñas y jóvenes en Ecuador, Perú y Colombia. Si bien no se pudo establecer con certeza el número de homicidios ya que buena parte de sus cuerpos no aparecieron y los actos violentos se llevaron en regiones aisladas por ello se carece de cifras confiables. En su confesión reconoció a los investigadores que había asesinado por lo menos a 110 muchachas en Ecuador, 100 en Colombia, y "muchas más de 100" en Perú. Y logró ubicar un campo en Ambato Ecuador donde se hallaron 53 cuerpos, mas 4 más en otros lugares. Si bien en otros puntos señalados por él no se hallaron cuerpos. Si se le da crédito a su versión, Pedro Alonso López es el asesino en serie que más asesinatos ha cometido.

Pedro Alonso López nació en el departamento de Tolima en 1948 en la época conocida como “La Violencia” periodo de guerra civil no declarada que provocó cerca 200.000 muertes. Era el séptimo hijo de un total de trece hermanos, hijos de una prostituta de pequeña estatura, y tuvo una infancia infeliz por la violencia, por el excesivo control de su madre y la ausencia de la figura paternal. En 1957 con 8 años de edad fue sorprendido por su madre sosteniendo relaciones sexuales con su hermana menor y fue desterrado de la casa. Vivió en estado de indigencia como gamín en Bogotá y fue abusado sexualmente. A la edad de 12 años fue adoptado por una familia Americana. Pero una nueva agresión sexual por parte de un profesor le hizo huir de nuevo y volver a las calles. En 1969 con 18 años de edad fue encarcelado por hurto y en prisión fue abusado por tres presos; decidió no volver a ser una víctima y los asesinó días después. Como fue declarada defensa propia, no se le añadieron años de condena.

En 1978 salió de la cárcel, de inmediato emigró al Perú donde empezó continuamente a atacar a jóvenes indígenas de provincias apartadas. Según su confesión dio muerte a por lo menos 100, cifra difícil de verificar por lo apartado de las comunidades, aunque se sabe que los indígenas Ayacucho le capturaron cuando intentaba secuestrar a una niña de 9 años e intentaron lincharle pero un sacerdote y la policía evitaron el acto. Deportado a Ecuador habría continuado con su actividad matando hasta 4 personas por semana. En Abril de 1980 se encontraron 4 cadáveres de niñas con lo que se inició un proceso de investigación formal. Pero pocos días después fue capturado por la comunidad en la ciudad de Ambato Ecuador cuando intentaba secuestrar una niña de 12 años.

Inmediatamente fue arrestado y llevado a la comisaría de policía donde se negó a hablar durante varios días. Finalmente se encomendó al sacerdote Córdoba Gudino entablar amistad con Pedro Alonso López, quien tras una serie de interrogatorios confesó sus crímenes y reconoció más de 300 asesinatos en Colombia, Ecuador y Perú. López explicó que primero violaba a sus víctimas, y entonces las estrangulabas mientras miraba fijamente sus ojos. Quería tocar el placer de la excitación sexual más profunda. Llevó a los investigadores a un potrero cerca de Ambato, donde se hallaron 53 cadáveres de niñas entre 8 y 12 años, lo que sumó 57 muertes verificadas. También señaló otros lugares, donde no se encontraron cadáveres. Estuvo preso en Ecuador hasta 1998 y fue entregado a autoridades Colombianas por pedido de extradición, escapa de sus guardias, y al momento no se sabe de su paradero actual.

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