martes, 17 de agosto de 2010

ASESINOS SERIALES


Gumaro de dios arias: La historia de Gumaro de Dios Arias es conmocionante: en diciembre de 2004, en Playa del Carmen, Quintana Roo, asesinó y se comió a su pareja de ocasión. La noticia causó revuelo en el paradisíaco puerto turístico, pero no tuvo mayor repercusión a nivel nacional.

Gumaro de Dios, quien en ese entonces tenía 25 años y lucía sucio y desaliñado y no parecía vivir en este mundo por tanta droga que se metía al cerebro, fue capturado por la policía el 14 de diciembre gracias a una llamada anónima que advertía que un hombre se estaba comiendo a una persona en una palapa, a solo unos cuantos metros de la carretera municipalizada, por donde diariamente transitaban miles de vehículos.

La palapa, ubicada apenas unos 150 metros al norte del acceso a Xcalacoco, donde alguna vez funcionó una oficina de ventas de una empresa inmobiliaria que comercializaba los lotes dentro de ese predio para crear el fraccionamiento La Gloria Residencial, había sido abandonada luego de que los promotores enfrentaron problemas legales con el proyecto, y para esos días estaba abandonada, semi oculta por la maleza.

Fue debido a esas circunstancias que Gumaro de Dios y varios de sus compañeros que trabajaban en las obras del complejo Mayakobá, a unos dos kilómetros de allí, convirtieron a la palapa en su centro de reuniones para emborracharse, drogarse y, según confesó el mismo asesino, tener sexo salvaje entre ellos mismos.

El día del asesinato, Gumaro de Dios estaba solo con el “Guacho”, con quien se había drogado y “becerreado”, término que él mismo usó para referirse a la práctica del sexo.

Precisamente, según la confesión de Gumaro, sí repentinamente mató a su compañero fue porque éste ya no quería seguir “becerreando”, así que le dio un golpe que lo desplomó.

El “Guacho”, sin embargo, no habría muerto enseguida, pero cuando despertó se encontró atado de pies y manos como un animal, y fue entonces que De Dios Arias lo asesinó.

Lo que sucedió sólo Gumaro de Dios lo sabe, y quizá ni él, de tan drogado que se encontraba, pero las declaraciones posteriores, las evidencias encontradas en el lugar y la misma autopsia practicada al cadáver del “Guacho” permitieron concluir que allí había ocurrido uno de los hechos más abominables en los que puede incurrir el ser humano.

Ciertamente Gumaro de Dios Arias había asesinado al “Guacho”, pero eso parecía un crimen menor, ya que a lo largo de al menos tres días con sus noches, el caníbal también se comió partes de su cuerpo, algunas de las cuales cocinó en caldo y otras asó en una parrilla.

Cuando la policía llegó al lugar de los hechos, la mañana de ese 14 de diciembre, Gumaro de Dios ni siquiera intentó escapar. Fue encontrado dormitando en silla de playa abandonada y a su lado, el cadáver parcialmente descuartizado y con las vísceras expuestas del “Guacho”

Todavía bajo los efectos de las drogas, Gumaro le dijo a los policías que se había comido partes del cuerpo de su amigo, incluyendo las tripas y las costillas que las preparó en un caldo y los testículos, aunque que lo que más le había gustado era el corazón, parte del cual fue encontrado asado en una parilla.

Xel-Há Dehesa, la Ministerio Público de guardia ese día y una de las personas que precisamente por su puesto era de las más preparadas para no impresionarse por la escena, luego de tantos accidentes y cadáveres que había visto en su corta carrera, se dio la media vuelta cuando escuchó las desquiciantes declaraciones de Gumaro en el lugar de los hechos.

Pero cuando se acercó y vio el cadáver del “Guacho”, entonces debió sentir como que algo se revolvía en su ser porque se dio la media vuelta para regresar donde los policías tenían maniatado a Gumaro, golpeada por la impresión.

La noticia, por supuesto, no tardó en regarse literalmente por todo el mundo, una vez que fue retomada por las agencias de prensa internacionales. Durante semanas, la noticia se seguía reproduciendo en periódicos y televisoras de todo el orbe, explotando el morbo y el horror original que provoca un verdadero acto de canibalismo.

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