lunes, 20 de septiembre de 2010

DIAMANTES SANGRIENTOS


Un gran problema sin duda son los diamantes sangrientos y lo que se hace por conseguirlos En el 2003, la ONU aprobó el Proceso de Kimberley que mediante un programa de calificaciones intenta combatir este tráfico. Canadá por su parte ha aprovechado esta coyuntura para presentarse como un proveedor fiable de diamantes "limpios".

De forma parecida, otra serie de materias primas, como el coltán en la República Democrática del Congo o la madera en Camboya son o han sido objeto de comercializaciones ilegales con el objetivo de financiar conflictos armados.

Aunque los países no cumplan con algunos de los requerimientos para ser miembros del proceso pueden entrar al Proceso. En 2007 el valor de los diamantes de conflicto fue de $10.2 millones de dólares.
Diamantes de sangre (o Diamantes de guerra) son aquellos diamantes obtenidos en una zona de guerra, mediante el uso de esclavos, o personas en régimen de semi-esclavitud. Usualmente se asocian con los que financiaban los conflictos que tuvieron su escalada en medio de los años 90`s y a principios de la primera década del tercer milenio en Africa Occidental.

En algunos casos, las Naciones Unidas han sancionado la exportación de estos diamantes, argumentando que financian ejércitos enfrentados a gobiernos legales o bien involucrados en graves violaciones de los Derechos humanos, prolongando de esta forma los conflictos. En concreto se señalaba a la UNITA angoleña y al FRU de Sierra Leona como proveedores de diamantes de guerra. En estos casos, usualmente son vendidos de forma clandestina, mediante el contrabando de los mismos a terceras naciones que se adjudican el haberlos extraído.

El desarrollo de prácticas como estas son un ejemplo fáctico y conciso de la violación masiva de derechos humanos y de la existencia obvia de la esclavitud y el poder de las empresas transnacionales, el tráfico, las aduanas y las grandes marcas de moda. La ONU se ha pronunciado repetidas veces sobre este tema, pero las soluciones, aunque han sido significativas, todavía no llegan al centro del tema, que es la problemática política, cultural y legal del África y de las naciones pobres envueltas en este tema.

Pero, aunque el tema parece ser sólo de poder, dinero y ostentación, no se aleja mucho de otro tema: las enfermedades y las empresas farmacológicas. La baja alimentación, el trabajo excesivo, los virus emergentes, las pocas defensas tanto fisicamente humanas como científicamente existentes dentro de esas naciones o zonas, sumada a la pobreza pronunciada, generan un atractivo obvio para el experimento de nuevas vacunas por parte de los laboratorios internacionales, y, que además de producir mucho dinero, también producen "fama" y respeto en el mundo.

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